Nuestra ruta por Cantabria empieza saliendo desde Santander. En esta ocasión queríamos alejarnos de las ciudades y disfrutar del encanto de los pueblos que parecen salidos de un cuento. Como teníamos pocos días quisimos ver un pueblo cada día y poder perdernos por las calles para admirar el encanto de cada uno de ellos.

Día 1: Salida de Santander hacia Potes

Nuestra ruta de tres días empezó en Potes que se encuentra a 105 kilómetros de Santander (casi dos horas). Potes está considerado como uno de los pueblos más bonitos de España.

Potes es un pueblo que destaca por sus puentes, torres y sus calles empedradas. Potes cuenta con varios monumentos históricos como la iglesia de San Vicente o la Torre del Infantado (una fortificación del siglo XIV).

Nosotros quisimos aprovechar que estábamos en Potes para alojarnos en el balneario de la Hermida. Un balneario que se encuentra en el corazón de los Picos de Europa y que cuenta con espacios termales al aire libre. La verdad es que teníamos muchas ganas de visitarlo y la experiencia fue increíble. Nosotros nos alojamos en el hotel del balneario, pero también tienen pases solo al balneario.

De camino al balneario pudimos disfrutar de las vistas del Desfiladero de la Hermida, el paisaje es increíble con los Picos de Europa al fondo.

Día 2: Comillas pasando por el mirador de Santa Catalina

A solo 20 minutos del balneario se encuentra el mirador de Santa Catalina, por lo que nada más levantarnos nos dirigimos hacia allí. Desde este mirador se ofrece una panorámica espectacular del desfiladero de La Hermida. Nosotros viajamos en temporada baja por lo que pudimos aparcar en el mismo mirador que cuenta con un pequeño aparcamiento (no entrarán más de 10 coches).

Después de disfrutar del mirador pusimos rumbo hacia Comillas. Comillas es otro de esos pueblos que parece sacado de un cuento. En él pudimos ver el Capricho de Gaudí que es realmente impresionante. El Palacio de Gaudí es una de las primeras obras de Gaudí y una de las pocas que se puede visitar fuera de Cataluña. Nosotros compramos con anterioridad en la página web la entrada con visita guiada. La visita guiada se realiza por el exterior y parte del interior y duran alrededor de 45 minutos, después es posible ver por libre otras partes del interior.

Al salir del palacete fuimos a comer, comimos en un restaurante denominado El Carel donde tanto la comida como el servicio fue exquisito y por la tarde recorrimos las calles del pueblo. Por la noche nos alojamos en la Posada La Solana Montanesa cerca del Capricho de Gaudí.

Día 3: Santillana del Mar y regreso a Santander

De Comillas pusimos rumbo a Santillana del Mar. Santillana del Mar es un pueblo medieval precioso. Nosotros dedicamos el día a explorar el casco antiguo y vimos edificios históricos como la Colegiata de Santa Juliana o la Casa del Marqués de Santillana, este pueblo tiene tanta historia que decidimos realizar un free tour de una hora.

Santillana del Mar es típico por sus productos locales, así que después del tour nos dimos una vuelta por las tiendas para comprar productos típicos como el tradicional bizcocho cántabro.

Comimos cachopo en un restaurante llamado El Castillo. Aunque seguramente no sea de los más baratos de la zona, la comida estaba muy buena y el servicio fue excelente.

Santillana del Mar se encuentra a menos de 30 minutos de Santander, lo que nos permitió disfrutar durante más tiempo del pueblo.