Día 1: De Gijón a Llanes con parada en Ribadesella

Empezamos el viaje temprano en Gijón para aprovechar bien el día. Aunque nuestro destino final era Llanes, decidimos hacer una parada en Ribadesella, ya que hasta ahora solo habíamos estado allí para hacer el descenso en canoa y nunca habíamos explorado el pueblo.

Llegamos por la mañana y comenzamos con un paseo hasta el mirador de la Ermita de la Virgen de Guía. Nos pareció un lugar precioso y una forma ideal de comenzar la jornada. Desde allí, bajamos unas escaleras que conducen al mar y caminamos por el Paseo de la Grúa, que nos llevó directamente al centro de Ribadesella.

El casco antiguo es pequeño y fácil de recorrer a pie, así que nos adentramos en el Barrio de Portiellu, uno de los más emblemáticos. También pasamos por la Escalera de Colores, que, aunque no es especialmente destacable, es un sitio curioso para hacer fotos.

A menos de diez minutos andando encontramos el restaurante El Campanu, donde decidimos parar a comer. Nos sorprendió gratamente: el trato fue excelente y la comida, deliciosa.

Después de comer, dimos un último paseo por el puerto antes de continuar hacia Llanes. Llegamos por la tarde y aprovechamos para recorrer su casco histórico, visitando lugares imprescindibles como la Basílica de Santa María del Concejo.

Día 2: Llanes y noche en Cangas de Onís

Madrugamos para aprovechar al máximo el día. Tras desayunar, recorrimos el Paseo de San Pedro y subimos al mirador del mismo nombre, desde donde disfrutamos de unas vistas espectaculares. Después, nos dimos un chapuzón en la playa de El Sablón.

Seguimos explorando el centro de Llanes y visitamos lugares como el Palacio de los Duques de Estrada. Para comer, elegimos la sidrería El Antoju, donde probamos un cachopo de jamón serrano con cabrales que estaba espectacular.

Tras la comida, tomamos un café en un bar del puerto antes de poner rumbo a Cangas de Onís, donde nos alojamos en el Hotel Los Robles. Elegimos este hotel por su ubicación céntrica, pero también nos pareció muy cómodo y con una excelente relación calidad-precio.

Nada más dejar nuestras cosas, fuimos a visitar el famoso Puente Romano, construido sobre el río Sella, y aprovechamos para pasear por el centro histórico de la ciudad.

Día 3: Cangas de Onís, Lagos de Covadonga y regreso a Gijón

Aunque el día anterior ya habíamos visto el Puente Romano, decidimos volver por la mañana para fotografiarlo con la luz del día. Luego, seguimos paseando por el centro y visitamos la iglesia de Santa Cruz, situada cerca del Parque de la Casa Riera.

Aprovechamos para recorrer de nuevo el casco antiguo y entrar en varias tiendas de artesanía y productos típicos asturianos. Como queríamos llegar pronto a los Lagos de Covadonga, compramos algunas cosas para picar sobre la marcha.

Después, pusimos rumbo a los Lagos de Covadonga, en el Parque Nacional de los Picos de Europa. Pasamos un buen rato explorando la zona y disfrutando del espectacular paisaje. Antes de regresar a Gijón, hicimos una última parada en la Basílica de Covadonga, un lugar imprescindible para cerrar el viaje con broche de oro.